Del racismo al culturismo: muros contra la libre circulación de personas
Resumen
La migración forma parte integral de la economía mundial y constituye un componente clave en la reproducción y transformación de la sociedad global.[1] No obstante, las condiciones de un nuevo orden mundial y las tensiones geopolíticas de los últimos tiempos han derivado en una hiperpolitización negativa[2] del fenómeno migratorio y en el ascenso de fuerzas populistas antiinmigrantes; que se materializan hoy en día, con la llegada de Donald Trump al poder y fenómenos como el Brexit que surgen debido al momento de crisis que atraviesa el proyecto de integración en la Unión Europea. Bajo esta lectura, la migración se percibe como un fenómeno caótico y las personas que migran son señaladas como perturbadoras del “orden”, postura que ha generado una marcada tensión entre los derechos del inmigrante/refugiado y los del ciudadano, así como, un fuerte cuestionamiento y retroceso del derecho de asilo (Cervantes, 2019: 197).





